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Dignidad (I). Valor en sí mismo.

8 May, 2014

 

La definición del concepto “dignidad humana” no es fácil ya que desde la antigüedad hasta nuestros días ha sufrido modificaciones dignas de tenerse en cuenta. Así, observamos que hasta la edad moderna el valor de una persona estribaba en su origen, posición social u otros cargos políticos, es decir, los individuos nacían con dignidades distintas y desiguales .

 

Durante la época pre-moderna se consideraba que la dignidad humana provenía de la relación que unía al hombre con Dios y le confería a la persona una excelencia por ser creado a imagen y semejanza de Dios. Así, el hombre era superior al resto de los animales porque Dios le había concedido las capacidades para ser predominante sobre el resto de criaturas. Observamos pues, que en esta etapa el concepto de dignidad humana era un concepto religioso fomentado en gran medida por la religión judeo-cristiana.

 

En la época moderna, el concepto de dignidad sufrió un cambio importante ya que se postula que la dignidad del hombre derivaba de su naturaleza humana, pero esta naturaleza se va desvinculando cada vez con más fuerza de cualquier origen divino.

Al igual que en la época pre-moderna, se siguen alabando las capacidades humanas, resaltándolas sobre las de cualquier otra especie, pero ahora no se alude a ningún tipo de relación entre ellas y la religión.

 

Esta reformulación del concepto de dignidad quedará plasmada en la aparición de los derechos humanos en el campo jurídico. Desde este momento, la dignidad humana no sólo tiene un alcance vertical consistente en la superioridad de los seres humanos sobre los animales, sino también un alcance horizontal consistente en la igualdad entre los seres humanos sea cual sea el rango que cada uno pueda desempeñar en la sociedad. Es decir, la dignidad pretende generar una igualdad jurídica y política de los individuos a pesar de sus posiciones sociales y desigualdades naturales.

 

Como podemos observar, tanto en la época pre-moderna como en la moderna, el concepto de dignidad humana se basó en definir al ser humano como un ser superior y excelente, bien por ser una criatura cuyas cualidades le relacionan con Dios (época pre-moderna) o por desvincularse del resto de los animales en base a su libertad y autonomía (época moderna).

 

Definiremos pues el concepto de dignidad humana en la época moderna como “el derecho que tiene cada ser humano de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona” .

 

A través de este moderno concepto de dignidad humana, observamos que la excelencia o dignidad del hombre es de cada uno no por su pertenencia a una élite, sino simplemente a la especie humana y que además, y a diferencia de épocas anteriores, no se le exige que demuestre su dignidad a través del valor o del honor con el fin de que los demás reconozcan dicho valor.

 

Con el fin de preservar este derecho, en 1948 se dictó la Declaración Universal de los Derechos Humanos que declaraba a todos los seres humanos como iguales y libres en sus derechos y en su dignidad.

 

La dignidad es un valor singular que nos viene dado desde nuestro nacimiento, anterior a nuestra voluntad y que no podemos otorgar ni retirar a alguien. Este valor representa una apelación al respeto absoluto y sin condiciones que debe extenderse a todos los seres humanos. Por el mero hecho de ser humanos somos dignos y merecedores de respeto.

 

La dignidad humana supone otorgar al hombre un valor “en sí” que tendrá consecuencias en los comportamientos que se den entre los seres humanos, ya que los individuos deberían tratarse con respecto, es decir, reconociendo la indemnidad de la persona del otro en todo lo que concierne a su existencia exterior en el mundo visible (vida, integridad física, salubridad) y en su existencia como persona (libertad, prestigio personal).

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